Lionel Shriver: El hospital era un mundo extra...


El hospital era un mundo extraño, estático, donde los mínimos placeres eran casi siempre más atractivos al anticiparlos que una vez recibidos: un zumo de piña, el manjar blanco de los martes con salsa de fresas, una visita que traía unas flores cuyo olor dulzón y penetrante terminaba revolviendo un estómago delicado. Un mundo donde el olvido era un nirvana, donde nunca se permitía alimentar la esperanza de no tener dolor, sino solamente de tener menos.

Lionel Shriver


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