El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe.
Diógenes de Sínope
El único propósito del castigo es la prevención del mal; nunca impulsará a nadie al bien.
Este es el primer precepto de la amistad: Pedir a los amigos solo lo honesto, y solo lo honesto hacer por ellos.
La intención de no engañar nunca nos expone a ser engañados muchas veces.
No me importaría que la opera desapareciera. Desde que era un niño, me pareció un pesado anacronismo, casi el equivalente de fumar.