Dame cuatro mil Extremoduros y quítame gigantes yanquis de pies de barro, que me da la risa.
Kutxi Romero
Uno pasa imperceptiblemente de una escena, una edad, una vida a otra.
El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.
Mis culpas no irán a otras manos por mi culpa. No quiero otra culpa en mis manos.
No está mal para un segundo piloto.