Hay quienes tienen terror a las mujeres, que son tan inofensivas e inferiores.
Francisco Umbral
Los idiolectos del pensamiento, las privacidades de lo no dicho son de un orden mucho más profundo e inalcanzable.
¿¡Cajas!? ¿¡Cajas!? ¡Lo único que yo tengo que hacer con las cajas es coger un bate de béisbol y liarme a palos hasta que acabe con todas!.
Era lo que tenían los pensamientos. Se pensaban a sí mismos y luego iban cayendo en la mente con la esperanza de que se opinara como ellos.
Oír el silencio, dondequiera que esté, es una forma fácil y directa de hacerse presente. Incluso si hay ruido, hay siempre silencio bajo y entre los sonidos.