Oh Roma! mi país! ciudad del alma!
Lord Byron
Obedece a un ruego mejor que a una orden
He aprendido mucho sobre el bien y el mal. Ellos no son siempre lo que parecen ser.
Hay solamente un error congénito y es la noción de que existimos para ser felices
Grítame con los ojos que veré algo nuevo.. que tras el abismo que me arrojo, están tus brazos abiertos