La negrura del rostro
Beatriz Villacañas
He entrado en la vida literaria como un meteoro, y voy a salir de ella como un rayo.
Cuando vas de los 17 a los 21, cambias mucho. Todas las chicas lo hacen. Solo estoy madurando.
Dicho con cierta libertad metafórica: el árbol siente sus raíces más de lo que podría verlas; y este sentimiento se mide por el tamaño y la fuerza de las ramas visibles.
Nunca seremos amigos, lo sabe usted de sobra. Seremos las personas más felices o las más desdichadas. De usted depende. (...) Sólo le pido una cosa: que me permita concebir esperanzas y seguir sufr...