... Se nos ha dicho que éste es el país del mañana, y obramos (desde luego, dejamos de obrar) confiando en que el mero decurso del tiempo, que nos debe aproximar el futuro, traiga las soluciones que no sabemos o no podemos darnos. Curioso país del mañana, curiosa mañana, la de este país. Curiosa tierra de promisión la nuestra, cuyos depositarios de la promesa se desperdigan por el mundo porque no la sienten propia
Eduardo Angeloz