Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve.
Oscar Wilde
Si cuando estás triste sonries, los demás te devuelven la sonrisa, y eso hace que la carga de la tristeza sea más ligera.
Los placeres raros son los que más nos deleitan.
La mujer adora al hombre igual que el creyente adora a Dios; pidiéndole todos los días algo.
Si no hay café para todos, no habrá para nadie.