1995, GP de Argentina, llueve con intensidad comenzada la clasificación, nadie sale a rodar, la pista está vacía, pero espontáneamente, del público presente en las gargantas, sale una exclamación genuina, y al unísono... olé, olé, olé... Senna, Senna... y por el instante que duró ese sentimiento expresado por miles de voces, juro que vi pasar a 'Magic' por la recta principal, levantando su puño, estrujando algo en su guante, como afirmando... la lluvia es mía... la pista no está vacía.
Ayrton Senna da Silva