Era mucho más rápido que tu conduciendo el mismo coche y tan rápido como tú, con un coche inferior.
No puedo con él... se acabó [el campeonato].
La muerte de Senna fue como si Jesús hubierá sido crucificado en directo por televisión.
Su pérdida es imposible de cuantificar. Todos los que alguna vez lo conocimos, en cualquier circunstancia, sentimos que hemos perdido algo muy especial.
Lamentablemente su muerte era predecible, ya que como se suele decir, él iba más rápido que los autos que conducía.
Su muerte fue muy difícil de digerir. Era una persona especial. Su destreza y valentía fueron de tal magnitud que hizo de menos a la generación de pilotos posterior.
1995, GP de Argentina, llueve con intensidad comenzada la clasificación, nadie sale a rodar, la pista está vacía, pero espontáneamente, del público presente en las gargantas, sale una exclamació...