Francisco de Quevedo: ¿Cuándo seré infeliz sin mi...


¿Cuándo seré infeliz sin mi gemido?
¿Cuándo sin el ajeno fortunado?
El desprecio me sigue desdeñado;
la invidia, en dignidad constituido.

U del bien u del mal vivo ofendido;
y es ya tan insolente mi pecado,
que, por no confesarme castigado,
acusa a Dios con llanto inadvertido.

Temo la muerte, que mi miedo afea;
amo la vida, con saber es muerte:
tan ciega noche el seso me rodea.

Si el hombre es flaco y la ambición es fuerte,
caudal que en desengaños no se emplea,
cuanto se aumenta, Caridón, se vierte.


Francisco de Quevedo


Temáticas Relacionadas