A veces una broma, una anécdota, un momento insignificante, nos pintan mejor a un hombre ilustre, que las mayores proezas o las batallas más sangrientas.
Plutarco
El árbol de las leyes ha de podarse continuamente.
Seas parco en elogiar, y más parco todavía en vituperar.
El más rico es aquel cuyos placeres son los más baratos.
Nunca amamos a nadie: amamos, solo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.