El mundo puso el pecado y nosotros la ocasión.
Marguerite Duras
Una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida.
Yo conozco al pueblo: cambia en un día. Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor.
El torero sigue siendo mítico y, cuando expresa la valentía el pueblo se enardece y los viejos entusiasmos reaparecen.
De pequeño quise tener un perro, pero mis padres eran pobres y solo pudieron comprarme una hormiga.