El amor a la vida es esencialmente tan incomunicable como el dolor.
Francis Scott Fitzgerald
Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía.
Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior del hogar.
La juventud es inmoderada en sus deseos.
Gallo que no canta, algo tiene en la garganta.