Las lágrimas son inútiles, a menos que esté el marido presente para verlas derramar.
Hilda Owlsley
Ten en cuenta lo que vayas a decir,
no lo que pienses.
Égloga Iv
Muchacha: Ya sonó el despertador.
Parece
que amanece.
Tu marido no tardará en llegar
y si me encuentra...
Ya -terrones de azúcar- las estrellas
disuélvense en la leche matinal;
ya ren...
Un hombre alegre es siempre amable.
Hasta de los malvados, nadie habla mal en su funeral.