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Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos.
Primero el suelo nativo que nada. Nuestra vida no es otra cosa que la herencia de nuestro país.
Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo.
Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad.
El ajedrez es un juego útil y honesto, indispensable en la educación de la juventud.
El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.
Nadie está graduado en el arte de la vida mientras no haya sido tentado.
Formémonos una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable.
La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día.
La máxima especialización equivale a la máxima incultura.
Hay poca gente lo bastante cuerda que prefiera la censura provechosa a la alabanza traidora.
Sufrir sin quejarse es la única lección que debemos aprender en esta vida.
Solo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.
Nada dura por siempre, nisiquiera tus problemas.
Las personas cambian y generalmente se olvidan de comunicar dicho cambio a los demás.
Cuando alguien asume un cargo público debe considerarse a sí mismo como propiedad pública.
La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas.
El sufrir merece respeto, el someterse es despreciable.
Las lágrimas son inútiles, a menos que esté el marido presente para verlas derramar.
Las injurias son las razones de los que tienen culpa.
La risa nos mantiene más razonables que el enojo.
La injusticia, allí donde se halle, es una amenaza para la Justicia en su conjunto.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen, en la adversidad los conocemos a ellos.
El cielo se gana por favores. Si fuera por méritos usted se quedaría afuera y su perro entraría.
Los ríos más profundos, son siempre los más silenciosos.
El caer no ha de quitar la gloria del haber subido.
Medite al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a su perro, es un remedio infalible.
Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.
Si quieres la paz, no hablas con tus amigos. Hablas con tus enemigos.
De nada sirve correr; lo que conviene es partir a tiempo.
No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos.
El juego es hijo de la avaricia, pero también padre del despilfarro.
Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo.
Todo acto de creación es en primer lugar un acto de destrucción.
Si sufres injusticias consuélate, porque la verdadera desgracia es cometerlas.
Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin; todo lo demás son insignificancias.
Cuando un hombre piensa a lo grande se equivoca a lo grande.
Por sus frutos los conoceréis.
Cuando un hombre bueno está herido, todo el que se considere bueno debe sufrir con él.