Es parentesco sin sangre una amistad verdadera.
No le des nunca consejos al que te pida dinero.
No hay razón donde hay fuerza.
Cosas hay que aunque se digan, no son para que se entiendan.
El caer no ha de quitar la gloria del haber subido.
Respóndate retórico el silencio; cuando tan torpe la razón se halla, mejor habla, señor, quien mejor calla.
Quien vive sin pensar, no puede decir que vive.
Para templar el daño, consejo muda el prudente.
Aunque la nobleza vive de la parte del que da, el agradecerle está de parte del que recibe; y pues ya dar he sabido, ya tengo con nombre honroso el nombre de generoso; déjame el de agradecido, pues ...
El que olvidar solicita, no olvida cuando se acuerda de que se acuerda que olvida.
Es muy propio hablar más el que más teme.
Quien daña al saber, homicida es de sí mismo.
Si Dios todo lo ha criado, ¿quién no es criado de Dios?.
Hay delitos tales, que atentas las leyes se los dejaron sin pronunciarles sentencia, por no prevenir que habría quien los cometiese.
Palaciegas discreciones, poco fruto y mucho ruido.
Es un examen muy fuerte, una experiencia muy nueva y muy rigurosa prueba, poner al que está mortal en los labios el cristal, y decide que no beba.
Odiad a vuestros enemigos, como si un día debierais amarlos.
Yo salí de Granada, y vine a ver, la gran villa de Madrid, esta nueva Babilonia, donde verás confundir en variedades y lenguas el ingenio más sutil.
¡qué presto se consolaron, los vivos de quien murió¡, y más cuando el tal difunto, mucha hacienda les dejó.
Es muy puntual el diablo.