Frases de Montesquieu

Una injusticia hecha al individuo es una amenaza hecha a toda la sociedad.

Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella.

La sociedad no son los hombres, sino la unión de los hombres

Cuando en un gobierno, al hablarse de cosa pública, cada uno dice ¿Qué me importa?, la cosa pública está perdida

La amistad es un contrato por el cual nos obligamos a hacer pequeños favores a los demás para que los demás nos los hagan grandes.

Un hombre no es desdichado a causa de la ambición, sino porque ésta lo devora.

Parece que nuestra vida aumenta cuando podemos ponerla en la memoria de los demás: Es una nueva vida que adquirimos y nos resulta preciosa.

La libertad es el derecho a hacer lo que las leyes permiten.

La verdad en un tiempo es error en otro.

Aquí un marido que ama a su mujer es un hombre que no tiene el mérito suficiente para hacerse amar por otra.

Hay que estudiar mucho para saber poco.

El deporte gusta porque halaga la avaricia, es decir, la esperanza de poseer más.
La libertad es el derecho a hacer lo que las leyes permiten. Si un ciudadano tuviera derecho a hacer lo que éstas prohiben, ya no sería libertad, pues cualquier otro tendría el mismo derecho.

La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo.

Cuando nacen las sociedades, los jefes de un Estado son los que dan a éste su carácter especial. Después, este carácter especial es el que forma a los jefes de Estado.

La ley debe ser como la muerte, que no exceptúa a nadie.

La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principio sobre los cuales fue fundado.

Máxima admirable: no hablar de las cosas hasta después de que estén hechas.

Cuando la muerte ha igualado las fortunas, las pompas fúnebres no deberían diferenciarlas.

A la mayoría de las personas prefiero darles la razón rápidamente antes que escucharlas.