Feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento.
Para obtener éxito en el mundo, hay que parecer loco y ser sabio.
Normalmente, aquellos que poseen un gran talento, son ingenuos.
Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo, porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad.
No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia.
El divorcio es indispensable en las modernas civilizaciones.
Me gustaría suprimir las pompas fúnebres. Hay que llorar cuando los hombres nacen y no cuando mueren
Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder detenga al poder.
Cuando se busca tanto el modo de hacerse temer se encuentra siempre primero el de hacerse odiar.
La adversidad es nuestra madre; la prosperidad solo es nuestra madrastra.
Más Estados han perecido por la depravación de las costumbres que por la violación de las leyes.
La mayoría de veces el éxito depende de saber cuánto se ha de tardar en lograrlo.
La mayor parte de los hombres son capaces más bien de grandes acciones que de buenas acciones.
El hombre de talento es naturalmente inclinado a la crítica, porque ve más cosas que los otros hombres y las ve mejor.
Si nos bastase ser felices, la cosa sería facilísima; pero nosotros queremos ser más felices que los demás, y esto es casi siempre imposible, porque creemos que los demás son bastante más felice...
Los malos ejemplos son más dañinos que los crímenes.
La religión cristiana, que parece no tiene por objeto más que la felicidad de la otra vida, nos hace también dichosos en ésta.
El lujo está siempre en proporción con el desnivel de las fortunas.
Las cabezas de los hombres más grandes se achican cuando se reúnen, y allí donde hay más cuerdos es también donde hay menos cordura.
Los países no están cultivados en razón de su fertilidad, sino en razón de su libertad.