Montesquieu: No hay peor tiranía que la qu...

Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos.

La esperanza, no obstante sus engaños, nos sirve al menos para llevarnos al fin de la existencia por un camino agradable.

Hoy es siempre todavía.

Nos ocupamos mucho de ser gentes de bien según la ley de Dios; no sabríamos serlo según nosotros mismos.