El amor de los jóvenes no esta en el corazón, sino en los ojos.
William Shakespeare
Hay que ser buenos no para los demás, sino para estar en paz con nosotros mismos.
Tiempo es la medida del movimiento entre dos instantes.
Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para percibir los movimientos de la armonía.
Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros.