Lo que todas las personas tenemos en común no es el espíritu, sino el destino.
Elizabeth de Austria
Cada uno de nosotros tiene un día, más o menos triste, más o menos lejano, en que, por fin, debe aceptar que es un hombre.
Puede suceder lo que sea; siempre hay uno que lo veia venir.
Hay tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas.
Casi todos los médicos tienen sus enfermedades favoritas.