La felicidad no brota de la razón sino de la imaginación.
Immanuel Kant
En todos los cielos te encuentro.
Habiendo cambiado de ropa me siento pero muy solo.
Soñando...
Soñando,
tibia su lengua para mis pestañas que renacen.
Ilusoria blancura de los dientes al mártir contraluz
de su sangre y sus labios.
Antes las distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo.