Es bueno ser importante pero más importante es ser bueno.
Quizás el arte de gobernar sea precisamente eso: el arte de saber valorar al pueblo y esforzarse por alentar y cumplir sus sueños.
Quiero volver a los orígenes del cine: a la improvisación; eliminar esa Gestapo que es el guión, para que de cada plano crezca un pedazo de universo.
Actualmente, fe es creer lo que no hemos visto anunciado.
Llevar una vida amargada lo puede cualquiera, pero amargarse la vida a propósito es un arte que se aprende.