¿Cómo echaría yo los demonios sino con el dedo de Dios? Sepan, pues, que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su casa, todas sus cosas están seguras, pero si llega uno más fuerte y lo vence, le quita la armadura en que confiaba y distribuye todo lo que tenía. Quien no está conmigo, está contra mí, y quien no junta conmigo, desparrama.
Sagradas Escrituras