marina: Tristemente bendigo las horas ...


Tristemente bendigo las horas en que te veo,
en ellas hay un puñado de mandarinas
que abrazzan el árbol cuando son las cuatro y media.

Si te quiero o no
lo se cuando subo al abismo
lleno de tus huellas
pequeñas particulas obligadas al olvido y al miedo.

Pero cada pipa acida me recuerda que eres tu y que no se come decia mi mama.

Me obligo a intentar ser
pero vive tan adentro;
y este mismo camino que recorriste fue el que abandone ayer
donde las cascaras dejaron en mis ojos
el aroma silvestre de tu piel.


marina