Un prisionero es un predicador de libertad.
Christian Friedrich Hebbel
La montaña oscurece y asume la púrpura magnificencia de las hojas en otoño.
Eres tu, soberana de mis noches, mi constante, perpetuo cavilar: ambiciono tu amor como la gloria... ¡y todavía más!.
El hombre de Estado no tiene derecho a ser sentimental.
Muchas maravillas hay en el Universo; pero la obra maestra de la creación es el corazón materno.