No hay secretos para el éxito. Este se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso.
Colin Powell
No es humano el deber que por soñar con una humanidad perfecta es inexorable con los hombres.
No considero nada vergonzoso honrar a los hermanos.
No hay alma, por poco noble que sea, que permanezca tan aferrada a los objetos de los sentidos que, a veces, no se aparte de ellos para desear un bien mayor.
El destino se ríe de las probabilidades.