cristina murcia: A la luz de la Luna Era tarde....


A la luz de la Luna
Era tarde. La fiesta se estaba acabando y la gente empezaba a irse. Todo había quedado muy desordenado, así que comencé a recoger las cosas que había tiradas por el suelo. Cuando quise darme cuenta nos habíamos quedado solos, él y yo. Me miraba desde la terraza de aquel espectacular ático, cuyas vistas a la playa parecían de película, y desde donde, en aquel momento, se divisaba la Luna, grande y brillante. Me acerqué hasta donde estaba él. Hacía mucho tiempo que no estábamos a solas y me sentía intranquila. Tiempo atrás había decidido olvidar lo que sentía por aquel chico, pero en aquel momento no podía más que recordar aquella noche, hacía ahora un año, en la que me robó el corazón para siempre. Se me acercó, estábamos muy cerca el uno del otro. Me acarició la cara con aquella ternura que lo caracterizaba. El corazón me latía muy deprisa y todos los sentimientos que yo había enterrado comenzaron a resurgir. Su cara estaba muy cerca de la mía, demasiado. Podía sentir su respiración en mi rostro, y, poco a poco, sus labios besaron los míos como nunca antes lo habían hecho. Con pasión, pero con ternura, como si saborearan cada milímetro de mi boca. Yo me hundí, hipnotizada, en aquel beso, aquello con lo que había soñado durante meses estaba pasando. En aquel momento me susurró al oído unas palabras que jamás podré olvidar: “eres lo único que necesito en esta vida, “te quiero”.


cristina murcia


Temáticas Relacionadas