Yo no enseño a mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender.
Albert Einstein
La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación.
No nos hacemos libres por negarnos a aceptar nada superior a nosotros, sino por aceptar lo que está realmente por encima de nosotros.
Lo arbitrario no solo es funesto cuando se utiliza para el crimen. Empleado contra el crimen, también es peligroso.
Soy hombre, y por lo tanto, nada que sea humano me resulta extraño.