Nadie nos ama como quisiéramos ser amados, quizás en ello reside la búsqueda más inútil.
El que ciega de repente no puede olvidar los favores de la vista perdida.
Para lo malo, de peña; para lo bueno, de cera
Mal va el perro donde no le llaman.
Quien no tiene cabras, no puede vencer al cabrito.