José Barroeta: No han llegado palabras sino a...

Es extraordinario lo potente que es la mala música.

No poseemos la verdad ni el bien nada más que en parte y mezclados con la falsedad y con el mal.

En ese instante sentí una horrible tristeza y, sin embargo, algo así como un brote de risa empezó a cosquillearme el alma.

El ojo no lleva carga, pero sabe cuánta puede soportar la cabeza.