Las cualidades sublimes infunden respeto; las bellas, amor.
Immanuel Kant
Para que tu tristeza muda no oyese mis palabras, te hablé bajito.
A buen hambre, no hay pan duro.
¿Qué sería de nuestras tragedias si un insecto nos presentara las suyas.
Un ángel para prestar y un diablo para cobrar.