Leyendo un libro, un día, de repente, hallé un ejemplo de melancolía: Un hombre que callaba y sonreía, muriéndose de sed junto a una fuente.
José Angel Buesa
Es una cuestión de disciplina, me decía más tarde el principito. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta.
El hombre que consigue ver las cosas pequeñas tiene la mirada limpia.
Ha de ser limpia la casa, y la conducta.
De la generosidad de las almas generosas debe formar parte la gracia.