Quizás te diga un día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas en esa despedida, que, aunque el amor nos une, nos separa la vida.
Poema de La Despedida
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiad...
Y para los amantes su amor desesperado podrá ser un delito... pero nunca un pecado
No, nada llega tarde, porque todas las cosas tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas
y siento celos al pensar que un día, alguien, que no te ha visto todavía, verá tus ojos por primera vez
Ya no habrá días turbios... ya no habrá noches malas si hay un amor secreto que nos presta sus alas
Yo te amaré en silencio... como algo inaccesible, como un sueño que nunca lograré realizar y el lejano perfume de mi amor imposible rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.
¡Un hijo! Tú sabes, tú sientes que es eso: ver nacer la vida del fondo de un beso por un inefable milagro de amor.
Poema Del Renunciamiento
Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.
Pasarás en silencio por mi amor, y al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte ... y jamás lo ...
La vida será tuya si sabes que es ajena, que es igual ser montaña que ser grano de arena, pues la calma del justo vence el furor del bravo.
Esta calle triste, se alegra cuando pasas tú, mujer preferida entre todas.
Espero tu sonrisa y espero tu fragancia por encima de todo, del tiempo y la distancia
yo cometí el delito de inventarte una estrella, y fue tuyo el pecado de ofrecerme una rosa.
Cumple la ley suprema de desdeñarlas todas, sobre el cuerpo desnudo no envejecen las modas
te digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.
Pero, ¿cómo no amarla señor, si tú hiciste que fuera turbadora y fragante como la primavera?.
Por más que ambiciones, humilde o arrogante, solo has de ser el dueño de lo que eres esclavo.
Soñar es ver la vida de otro modo. Y es olvidar un poco lo que realmente es.
Soy el amor que pasa… pero soy el amor
Si me muriera sin poder olvidarte y después de la muerte se llega a alguna parte, preguntaré si hay sitio para mí junto a ti, y Dios seguramente responderá que sí.