Poemas de mariano jose de larra
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Muchas personas creen que cuando han superado un error ya no necesitan volver a enmendarlo.

El pueblo no es verdaderamente libre mientras que la libertad no esté arraigada en sus costumbres e identificada con ellas.

Hay algunos hombres que no dicen lo que piensan y otros que piensan demasiado lo que dicen.

En este triste paÃs, si a un zapatero se le antoja hacer una botella y le sale mal, después ya no le dejan hacer zapatos.

Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el dÃa menos pensado encuentra en el libro que menos valga a sus ojos, alguna frase que le enseña algo que ignora.

Escribir en Madrid es llorar, es buscar voz sin encontrarla, como en una pesadilla abrumadora y violenta.
No sé en qué consiste que soy naturalmente curioso; es un deseo de saberlo todo que nació conmigo, que siento bullir en todas mis venas, y que me obliga más de cuatro veces al dÃa a meterme en ri...

Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Quién ha muerto en el? Leamos. ¡Espantoso letrero! ¡Aquà yace la esperanza!.
¿No se lee en este paÃs porque no se escribe, o no se escribe porque no se lee? Esa breve dudilla se me ofrece por hoy, y nada más. Terrible y triste cosa me parece escribir lo que no ha de ser leÃ...

La verdad es como el agua filtrada, que no llega a los labios sino a través del cieno.

Los madrileños se acercan al circo a ver un animal tan bueno como hostigado, que lidia con dos docenas de fieras disfrazadas de hombres.

Ley implacable de la naturaleza: o devorar, o ser devorado. Pueblos e individuos, o vÃctimas o verdugos.

No sé quién ha dicho que el gran talento no consiste precisamente en saber lo que se ha de decir, sino en saber lo que se ha de callar

¡Bienaventurado todo aquel a quien la mujer dice no quiero, porque ése, a lo menos, oye la verdad!

La diferencia que existe entre los necios y los hombres de talento suele ser solo que los primeros dicen necedades y los segundos las hacen.

Las circunstancias hacen a los hombres hábiles lo que ellos quieren ser, y pueden con los hombres débiles.

El talento no ha de servir para saberlo y decirlo todo, sino para saber lo que se ha de decir de lo que se sabe.

¿En dónde ve el pueblo español su principal peligro, el más inminente? En el poder dejado por una tolerancia mal entendida.

En punto a amores tengo otra superstición: imagino que la mayor desgracia que a un hombre le puede suceder es que una mujer le diga que le quiere.

En el matrimonio es preciso contar con cualidades que resistan, que duren, y las grandes pasiones pasan pronto; al paso que una condición apacible en todos tiempos es buena.

Las teorÃas, las doctrinas, los sistemas se explican; los sentimientos se sienten.

Las circunstancias... palabras vacÃas de sentido con que trata el hombre de descargar en seres ideales la responsabilidad de sus desatinos.

Y el gran lazo que sostiene a la sociedad es, por una incomprensible contradicción, aquello mismo que parecerÃa destinado a disolverla; es decir, el egoÃsmo.

Los amores más duraderos son aquellos en que uno de los dos amantes es extraordinariamente celoso.

El público siente en masa y reunido de una manera muy distinta que cada uno de sus individuos en particular.
Muchas cosas me admiran en este mundo: esto prueba que mi alma debe pertenecer a la clase vulgar, al justo medio de las almas; solo a las muy superiores, o a las muy estúpidas, les es dado no admirar...

Generalmente, se puede asegurar que no hay nada más terrible en la sociedad que el trato de las personas que se sienten con alguna superioridad sobre sus semejantes.

Ni ve que su mismo fuego presto su beldad destruye, y que donde el goce empieza el placer allà sucumbe

Para el elogio corre nuestra pluma rápidamente. Cuando se trata, empero, de vituperar, solo a fuerza de horas podemos dar concluÃdo a la prensa el artÃculo más conciso.

Siempre ha gemido la prensa; pero hoy que le das, Talidio, a imprimir tus obras todas, gime al menos con motivo.

La inteligencia ha sido en todos los tiempos la reina del mundo y ha vencido las preocupaciones.

Es gloria el rendimiento y no flaqueza y es dichoso el que puede obedeciendo obedecer al menos a una hermosa.

Suponiendo que se escriba con principios, se puede escribir después con varios fines.

En atención a que no tengo gran memoria, circunstancia que no deja de contribuir a esta especie de felicidad que dentro de mà mismo me he formado...

¡Ay de aquel dÃa en que no haya nada que hacer, en que no haya nada que aclarar!
Ayer aun hubiera dado toda mi sangre por oÃr un sÃ... ¿Por qué razón no soy ya completamente feliz? ¡Ah! Existe entre ella y entre mà un obstáculo en que se estrellan a la vez todas mis espera...
Los autores han dicho siempre en sus prólogos y se lo han llegado a creer ellos mismos, que escriben para el público; no serÃa malo que se desengañasen de este error. Los no leÃdos y los silbados...
Esa es la sociedad; una reunión de vÃctimas y de verdugos. ¡Dichoso aquel que no es verdugo y vÃctima a un tiempo! ¡PÃcaros, necios, inocentes! ¡Más dichoso aún, si hay excepciones, el que pu...
Poema de La Despedida
Te digo adiós, y acaso te quiero todavÃa.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te querÃa...
O tal vez nos quisimos demasiad...

Vida
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un dÃa lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!
Gr...