Crecí para ti. Tálame. Mi acacia implora a tus manos su golpe de gracia.
Juana de Ibarbourou
Hay que atar la vida a otra cosa que no sea uno mismo. Pero, ¿por qué no es esto lo que hacen los hombres?
Los hombres se destruyen con el hierro y se compran con el oro.
Todo hombre decente se avergüenza del gobierno bajo el que vive
No estés siempre dando órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto