No por miedo, sino por obligación, hay que apartarse de los yerros.
Demócrito
Muriéndose de hambre, sobreviviendo a la rabia, pudriéndose de viejos en la exquisita mierda de la gloria.
Una guerra no se ganaba el día de la batalla. Cada provincia tenía su propio carácter, y en cada una de ellas se daban las apariencias y la realidad. Incluso una provincia que pareciera superficial...
Si escribo es por seguir la costumbre de combatir la injusticia.
El vulgo estima a los amigos por las ventajas que pueden obtenerse de ellos