Es exigencia de nuestra mente una cierta quietud. Dios se deja ver en la soledad interior
Agustín de Hipona
Todo va a cambiar. No, todo ha cambiado ya.
-Ustedes son ochenta en el vagón –agregó el oficial alemán-. Si falta alguno, todos serán fusilados como perros...Se fueron. Las puertas volvieron a cerrarse. Habíamos caído en la trampa hasta...
Lo dejó como pollo rostizado, en el calor y dando vueltas.
No llores por haberlo perdido, alégrate por haberlo poseído.