. . . Todo hombre está obligado a honrar con su conducta privada, tanto como con la pública, a su patria.
José Martí
Aquí yace quien nació y murió, sin saber nunca para qué vivió.
Lancé una flecha al aire, cayó a la tierra, pero no sé dónde.
Todo está permitido, menos interrumpir una manifestación de amor.
¡cómo lucha mi amor por asirte!, más si es duro tener que alejarte, mis palabras no deben herirte si mis besos no pueden curarte!.