Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y entero.
La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía.
La patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se la sirve, pero no se la toma para servirse de ella.
Nuestra patria es una, empieza en el río grande, y va a parar en los montes fangosos de la patagonia.
El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber.
La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.
Política es eso: el arte de ir levantando hasta la justicia la humanidad injusta; de conciliar la fiera egoísta con el ángel generoso; de favorecer y de armonizar para el bien general, y con miras ...
Los apasionados son los primogénitos del mundo.
El deber de un hombre está allí donde es más útil.
La juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad, y de la viveza, de la imaginación y el ímpetu.
La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes.
Se pelea mientras hay por qué, ya que puso la naturaleza la necesidad justicia en unas almas, y en otras la de desconocerla y ofenderla. Mientras la justicia no está conseguida, se pelea.
La ley del talento, como la de la dicha verdadera, es el desinterés.
Si hay algo que ennoblezca a la juventud, es el miramiento y el respeto a los ancianos.
La juventud es feliz porque es ciega: esta ceguedad es su grandeza: esta inexperiencia es su sublime confianza. ¡ cuán hermosa generación la de los jóvenes activos!.
¡con el amor renace la esperanza!.
Los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre.
La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto solo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia.
Se tiene el talento para honrarse con él, no para deshonrar a los demás.
Ha de ser limpia la casa, y la conducta.