Cada uno de nosotros tenemos en nosotros mismos un cielo y un infierno.
Oscar Wilde
No basta examinar; hay que contemplar: impregnemos de emoción y simpatía las cosas observadas; hagámoslas nuestras, tanto por el corazón como por la inteligencia.
La muerte no es el más grande de los males: es peor querer morir y no poder hacerlo.
Todos somos iguales ante el deber moral
Las naciones democráticas se preocupan poco por lo que han sido, pero les persiguen visiones de lo que serán.