Quien no sienta amor, deberá aprender a adular o no saldrá nunca a flote.
Gustave Flaubert
Hay un hambre que es tan grande como la del pan y es la de la injusticia, la de la incomprensión.
Los hombres viven, en general, el presente con una cierta ingenuidad; esto es, sin poder llegar a valorar exactamente sus contenidos.
Es un examen muy fuerte, una experiencia muy nueva y muy rigurosa prueba, poner al que está mortal en los labios el cristal, y decide que no beba.
¡Las caras de las muñecas!. Aunque nunca lo pensé me he vuelto viejo.