La vista del borracho es la mejor lección de sobriedad.
Anacarsis
Un verdadero campeón luchará por nada.
Besé sus ojos, sus labios, mi boca bajó a lo largo de su pecho y rozó el ombligo infantil, el bello animal, el sexo, donde su corazón latía a golpecitos; su olor, su calor me emborrachaban y sent...
Lo nuevo es viejísimo. Hasta puede decirse que siempre es lo más viejo.
Cuando una mujer demuestra mucho ardor por un hombre lo hace, con frecuencia, para ocultar otra llama que tiene en el corazón