Cuando tengas ganas de morirte no alborotes tanto: muérete y ya.
Jaime Sabines
La casa, dios mío, rodeada de petreles sobre el acantilado y los vapores del océano, de portones batidos por el viento y cortinas en pedazos, con el anuncio hotel central en semicírculo en la facha...
Escritores, hay que escribir no con tinta, sino con la sangre. Pero no con la de otros.
El hombre solo pretende pretextos para vivir, es decir, elaborar una imagen de su orgullo.
Cada vez que el régimen blanco se estabiliza temporalmente en una o varias provincias, las clases dominantes de allí inevitablemente se alian y hacen lo imposible por destruir el Poder rojo.