Dulce y triste, como un amor sobrecogido por largos suspiros de lo profundo de un sauce poco a poco va saliendo la luna.
Yosano Akiko
Y yo, ciego y mortal, hacia tu carne, hacia las soledades de tu pecho pongo mi corazón y escucho.
Patria, te doy de tu dicha la clave: se siempre igual, fiel a tu espejo diario.
Lo escrito permanece.
Arrojo nos da la ira.