Solemos decir que los inventos y descubrimientos que cambiaron nuestras vidas dependen de máquinas complejas. La verdad, sin embargo, es que seguimos aquí gracias a los porotos.
Umberto Eco
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos.
Yo daría una estrella por volver a tenerte y por una mirada, un pedazo del mar, y por una caricia este cielo completo y no se qué daría si me fueras a amar.
El libro es una criatura frágil. Sufre el paso del tiempo, el acoso de los roedores y las manos torpes, así que el bibliotecario protege los libros no solo contra el género humano sino también con...
Como compañero Solicito a la mariposa partir de viaje.