Obra de modo que la máxima de tu voluntad pueda ser en todo tiempo principio de una ley general.
Immanuel Kant
¿es usted un demonio? soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.
¡Rayos y truenos! A cada relámpago el mundo se sana.
Óyeme ahora: mira en tu soledad una abeja dormida, que elabora en el sueño su miel sin alegría.
El ajedrez es el gimnasio de la mente.