Grande es siempre el amor maternal, pero torna en sublime cuando se mezcla con la admiración por el hijo amado.
Angel Ganivet
Creación Delegada
Qué maravilla, libertad. Soy dueño
de mi albedrÃo. Me forjo (y forjo) obrando.
Yo me esculpo, hombre libre. Pero, ando.
hablo, callo, me rÃo, pongo ceño,
yo, Dámaso, cual DÃ...
Antes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes.
La adulación en un amigo verdadero es una cosa monstruosa.
Soy un comunista hormonal.