Haré que la ternura te llegue entre las olas y que el rocío del alba jamás te encuentre a solas, que la espuma te arrulle dormido entre mis brazos y ser como la espuma besándote los labios.
Rosana
¡Cuánto le costó a la muerte apagarte los ojos!.
La buena gente hace un daño enorme. Y por supuesto, el peor daño es conceder tanta importancia a la maldad. Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es encantadora o aburrida.
Perder nuestro nombre es como perder nuestra sombra; ser solo nuestro nombre es reducirnos a ser sombra.
La gente no va a la iglesia en busca de sermones sino a soñar con dios.